Houston, tenemos un problema…
Nuestro sempiterno complejo de inferioridad nos ha hecho siempre confiar o esperar que en el extranjero, en otras naciones más avanzadas que nosotros, no se producían las patologías crónicas que sufríamos los españoles, en forma de atraso, corrupción, ineptitud, caciquismo o ineficacia. Mirábamos siempre con buenos ojos y admiración todo aquello que venía de Francia, Inglaterra o Alemania. Muchos siempre argumentábamos que muchas cosas que pasaban aquí serían impensables en otras latitudes presuntamente más desarrolladas. Sin embargo, la realidad no ha confirmado nuestros tradicionales designios y se producen por doquier muestras de que los pueblos más admirados no son tan inmunes a los problemas que nos aquejan a nosotros los españoles. Tenemos un auténtico problema global y esto es lo que debemos afrontar todos juntos.