La deuda de la Generalitat de Cataluña en 2007 era de más de 15.000 millones de euros; a finales de 2012 alcanzaba los 51.000 millones; en la actualidad, supera los 68.000 millones.


Esta deuda desbocada se ha generado para hacer frente a los gastos generados por el delirio separatista de los partidos catalanes en el poder: embajadas, subvenciones a medios de comunicación afines, sostenimiento de entidades separatistas, etc.

A cambio, el gobierno autónomo de Cataluña ha dejado sin atender sus obligaciones de pago con colectivos tan sensibles como el de los farmacéuticos, produciendo un perjuicio sin precedentes a la sociedad.

DEFENSA SOCIAL exige las medidas más contundentes para frenar la financiación de la independencia catalana con el dinero de todos los españoles.